También se recuperó el sinsacro –estructura esquelética– de un perezoso gigante, una estalagmita y 500 gramos de materiales diversos con más de 10 mil años de antigüedad.
Investigadores que forman parte del Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, encontraron dos nuevas especies: un reptil y un felino de talla pequeña, además de restos óseos de varias especies de perezosos gigantes y osos de cara corta.
Con el hallazgo, de las nuevas especies, suman 17 las especies halladas en Hoyo Negro, espacio que durante el Pleistoceno Tardío fue una trampa natural.
Además, se recuperó el sinsacro –estructura esquelética– de un perezoso gigante, una estalagmita y 500 gramos de materiales diversos con más de 10 mil años de antigüedad.
Los hallazgos se hicieron durante la reciente temporada de campo del Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, que fue creado por la arqueóloga Pilar Luna Erreguerena (1944-2020) en 2011, junto con los doctores James C. Chatters y Dominique Rissolo, y los buzos científicos Alberto Nava Blank y Robert Chávez Arce.
Al hallazgo del reptil y el felino de talla pequeña se suma la recuperación de restos óseos de varias especies de perezosos gigantes y osos de cara corta.
El paleontólogo Blaine Schubert señaló que es la primera vez que se logran extraer restos de este tipo de oso, lo mismo que un cráneo de puercoespín arborícola, identificado por Josh Daniels, quien descubrió que es mucho más grande que las especies mexicanas conocidas y el primer fósil de este tipo reportado jamás para el Pleistoceno en México.
Schubert y Daniels pertenecen al Centro de Excelencia en Paleontología de la Universidad Estatal de Tennessee del Este, donde se encuentra la mayoría de los materiales recuperados, a fin de ser sometidos a diversos estudios y análisis; otros especímenes son estudiados en el laboratorio DirectAMS, en Bothell, Washington.
El sinsacro del perezoso terrestre (Nohochichak xibalbahkah) constituye una especie y género nuevo; el espécimen recuperado servirá como elemento de referencia al equipo multidisciplinario. El sinsacro permanece resguardado en el Laboratorio de Arqueozoología de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH.
En Hoyo Negro, en 2019 se recuperaron restos óseos de tigre dientes de sable, gonfoterio, tapir, pecarí, cánido y tlacuache; y se logró extraer esmalte de dientes de tres herbívoros gigantes: gonfoterio de tierras altas, tapir y pecarí de collar; así como una estalagmita, fragmentos de carbón y guano de murciélago, dentro del cual se encontraron semillas de palma. El análisis y estudio de estos últimos ayudará en la investigación paleoecológica.
El estudio y análisis de estos materiales, recuperados en noviembre de 2019, permitirá enriquecer la información que se tiene respecto a cómo era el paleoclima en esta península hace más de 10 mil años, así como conocer sobre la dieta y el patrón de movilidad tanto de la fauna y megafauna, así como del grupo al cual pertenecía “Naia”, único esqueleto humano encontrado en este sitio, el cual corresponde a una joven que vivió hace casi 13 mil años, y murió cuando tenía entre 15 y 17 años de edad.
La arqueóloga Helena Barba Meinecke, investigadora responsable de la Oficina Península de Yucatán de la Subdirección de Arqueología Subacuática, dijo que en el futuro se buscará generar alianzas de investigación con más especialistas mexicanos y extranjeros, a fin de ahondar en el entendimiento de los periodos Pleistoceno y Holoceno a escala global y en la forma en la cual se insertaba Hoyo Negro en ese planeta prehistórico.
Fuente: https://www.eluniversal.com.mx/cultura/descubren-nuevas-especies-de-reptil-y-un-felino-en-hoyo-negro-de-quintana-roo
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